BIENVENIDA

Este espacio es un punto de encuentro para todos aquellos que aman y valoran sus raíces, sus tradiciones y nuestra maravillosa y particular forma de ver, explicar y repensar el mundo. Esta es pues, una pequeña burbuja en donde sólo la tradicion oral y los saberes de nuestros abuelos existen, en donde tarde a tarde, noche a noche, puedes recurrir para sentirte más cerca de lo que verdaderamente somos, de lo que jamás hemos dejado de ser: hombres y mujeres llenos de historias, hombres y mujeres de leyendas...

Cada día, encontrarás una nueva historia, una nueva ventana hacia lo fantástico y al realismo mágico de nuestra gente, de nuestra tierra. Historias que son de todos y de todas, que pertenecen a nuestro pueblo, a nuestros caminos y a nuestros corazones. Por ello, tómalas, son tuyas, en ellas estás tú mismo, en ellas vibran los sonidos del campo, el murmullo de las olas, el trinar de los pájaros, el rugido de los animales de uña y uno que otro suspiro de algún ánima errante, pero sobretodo, en ella habitan las voces de nuestros abuelos y abuelas, que son en realidad, los dueños y forjadores de esta tierra, en la que hoy estás...

Aquí van tres años de trabajo arduo en nuestras comunidades, todo dentro del proyecto "TARDES DE LEYENDAS, MISTERIOS Y RECUERDOS DE LOS PUEBLOS DE COLIMA" en el cual han participado muchísimos amigos y hermanos. A todos ellos, desde este pequeño espacio, un afectuoso abrazo en dondequiera que estén...

miércoles, 30 de enero de 2013

DEL COMO SURGIERON LOS ARMADILLOS EN LA TIERRA


 

Hubo un tiempo en la tierra, en que no se contaba con la curiosa y deliciosa presencia del tío armadillo en las campos y los valles de Colima, hasta que un buen día, de buenas a primeras, empezaron a poblar nuestro territorio. Doña Donaciana Flores, dicharachera y sabia jovencita de 96 añitos, nacida allá por las tierras de Cuauhtemoc, nos explica como es que llegaron estos animalitos a nuestros montes y a nuestras mesas:

 

Resulta que hubo una vez una viejita que era muy, pero muuuyy pobre, pero que al mismo tiempo, era muy díscola y egoísta hasta con su pobre marido mismo… Así pues, un día, una comadre le regalo a nuestra señora dos taquitos de carnita de chicharrón con tortillitas de mano, ella, muy contenta, se los llevo a su casa pá comérselos con un agüita de limón. Llegando a su hogar, la señora se aso un chilito de árbol, y ahí estaba’, ¡ya lista pá echarse el primer taquito a la boca!, ¡ya se lo estaba saboreando!, cuando a lo lejos, por la ventana, que ve que se iba acercando su marido sude que sude por el arto calor que hacia en la milpa y con su bule de agua vacio; Díscola como era la doña, ni tarda ni perezosa, ¡que se apresura a esconder los taquitos!, por que no pensaba ni quería compartirlos con su don, así que, rápidamente, los coloco debajo de una piedra que les servia de silla y que estaba cerca de la puerta… El señor llego y le dijo:

 

 -¡Vieja! ¡Traigo un buen de hambre y de sed!.. ¿Qué hay  para comer?...

 

La señora le contesto:

 

 -Pos... ¡Pos nomás frijoles viejo!, ¡ya sabes!... y un agüita de limón que tengo por ahí y que hice para ti… ¡Ándale ven!.. ¡Siéntate y come pà que te puedas ir de nuevo ónde la milpa!...

 

El pobre señor, se sentó y disfruto de su frijolitos de la olla sin imaginar la maldad de su esposa, mientras tanto, la doña nomás contaba y contaba los segundos en que su viejo se fuera y, arejolandose nerviosa la punta de su vestido, de reojo vigilaba la piedra donde  había escondido su suculento tesoro… Pasaron los minutos y el señor por fin termino de comer, lleno su bulito de agua y, rechinando sus guaraches, se fue caminando con rumbo a su milpa. Mientras tanto, la doña, haciéndose la loca, recogía los trastes mientras vigilaba la hora en que se perdiera su marido en la lejanía. Mas tardo el don en desaparecer, que la señora en ir a levantar la piedra, pero, ¡ohh sorpresa!! ¡chinches y besuconas!! ¡los taquitos de chicharrón habían desaparecido!!.. La señora díscola, encanijada y alarmada, por más que busco y rebusco en todos los rincones y debajo la piedrita aquella, ¡nada que encontró!!... Lo único que había cerca de la piedra, eran unos caminitos surcados en la tierra, como de algo que se hubiera arrastrado para escapar….

 

Así, boquiabierta, observando las líneas, se quedo la doña díscola, rumiando sola y pataleando su coraje… Lo cierto, es que cuentan que a lo lejos, dos animalitos con conchita y liniecitas en el lomo, parecían sonreír al ver su berrinche mientras se alejaban entre el monte…

 

A decir de la gente, ellos fueron la primera pareja de armadillos en el mundo. Si, así como se los cuento, ¡provenientes de dos taquitos de chicharrones!… ¿Será por ello que algunas gentes dicen que los  armadillos  saben a  carnita de puerco tierno?...

 

 

 

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